viernes, 26 de diciembre de 2008

FELIZ AÑO NUEVO

Termina el año y, pensando en todo lo que sucedió, creo que podemos hacer un balance muy positivo.
Venimos buscando hace ya 2 años sacar adelante esta campaña, con muchas ideas, mucho empuje, muchas ganas. Las cosas no fueron fáciles pero a pesar de los obstáculos Vane logró filmar en Perú su cortometraje "Margarita" (la historia de una adolescente con bulimia) con un nivel profesional altísimo, el cual ya está editado y quedó muy bueno, y pudimos finalmente sacar a la luz nuestro granito de arena, desde el blog, publicando notas de opinión e información sobre estas enfermedades. También nos presentamos al concurso de Google 10al100, que sabremos en enero si nos apoyarán económicamente para llevarlo adelante.
Y sobre todas las cosas, conocimos en el camino mucha gente muy valiosa que nos dio su aporte humano y profesional desde distintas áreas, para alentarnos a seguir con el blog, escuchando nuestras ideas y sueños, dándonos ánimo y consejos para todo lo que hace falta todavía.
Que las y los lectores/as de nuestro blog opinen sobre las publicaciones nos hace muy bien, nos hace confirmar cada día más de la situación grave, nos abre puertas a otros mundos y sobre todo el saber que de alguna manera pudimos aportar algo para ayudar a combatir la bulimia y anorexia.

¡A todos ustedes muchas gracias!! Y les pedimos que sigan difundiendo nuestro blog, que lo abran a todos sus conocidos, nunca se sabe quién puede estar padeciéndolo en silencio, y no encuentra un espacio donde desahogarse o buscar ayuda.

¡Les deseamos un feliz año nuevo, lleno de amor, paz, salud, proyectos, alegría y felicidad!

Pía, Vero y Vane

sábado, 20 de diciembre de 2008

RISAS QUE CURAN


El domingo pasado estuvimos en el jardín de mis suegros tirados sobre una manta, nos pusimos debajo de un árbol y como la casa está cerca del río, llegaba a nosotros un viento refrescante que hacía más soportable el calor.
Estuvimos con mi esposo y mi hijo casi toda la tarde jugando a las cosquillas, bebis nos contagiaba su risa y terminamos todos a las carcajadas, incluida mi suegra que salió a acompañarnos al vernos tan divertidos.
Cansados de tanto reír, con el corazón satisfecho y el estómago adolorido, nos quedamos en silencio mirando las hojas de los árboles, escuchando como chocan entre ellas cuando el viento las mueve, estuvimos así un largo rato, siendo cómplices de esa tarde maravillosa.

Hoy todavía me siento relajada después de tanta risa, fue como una sesión de masajes en el cuerpo y en el alma, la risa hizo que se me aflojaran los músculos y algunas angustias que tenía atascadas en el pecho, también se me alegraron los pensamientos. Lo más bonito de todo fue el encuentro con mi familia, estábamos conectados.

Quiero reírme más, la risa me levantó el ánimo. ¿Estoy loca o reírse realmente tiene ese poder?

Averiguando descubrí que con cada risa se activan más de 400 músculos, se aumenta la capacidad pulmonar, se oxigenan los tejidos, baja la presión sanguínea, se alivia el estreñimiento, se libera adrenalina, se levanta la autoestima, se reducen el estrés y el miedo y genera un efecto calmante de la ansiedad debido a la estimulación de la serotonina. Científicamente se ha comprobado que la risa produce endorfinas, el analgésico natural del cuerpo, y aumenta los niveles de células T, las cuales defienden al organismo del desarrollo de tumores y de infecciones virales. Las endorfinas también se encargan del equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. A demás la risa es algo que siempre quieres compartir.

Los adultos tenemos menos oportunidades de reírnos que los niños porque estamos a diario cargados de problemas de trabajo, dinero, pareja, etc pero hay que buscar el espacio para reírnos, por ejemplo yo estoy viendo todos los días el chavo del ocho, y no paro de reír.

La risa franca y espontánea es curativa y todos tenemos esa medicina dentro nuestro, todos tenemos la capacidad de reír, permitámonos estar abiertos a ella, rodeémonos de gente alegre, de niños, de cosas que nos hagan felices.

“La vida es demasiado importante para tomarla en serio” Oscar Wilde
Vane.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Esperar a vivir


Un día una dieta, y después otro una balanza, y otro un espejo al que se lo visita con insistencia, y después espejos por todas partes, y metros, y números, y pesos y calorías como en una gran pesadilla que comienza a invadir cada uno de los rincones para dejar relegado el instante. Dónde se escondió la vida? 

Se late despacio, todo comienza a ser más gris, y poco a poco la soledad, la angustia tan honda, lo comienza a abarcar todo. La mirada vuelve al espejo una y otra vez, buscando que nos de su aprobación, pero la aprobación no está en el espejo esta en nosotros, y por alguna razón no estamos dispuestos a dárnosla. Entonces agarramos a ese cuerpito y lo lastimamos con dietas, lo privamos de alimento, hasta lo hacemos sangrar… somos nuestros peores verdugos. 
El deterioro y la debilidad emocional y física van haciendo que uno termine por perde
rse ahí adentro, en esa superficie chata que roba almas (quien se ríe?) creyendo que la verdad reside en la imagen. Qué se proyecta en el espejo? Qué pasa adentro y por qué se elige quererse tan poco?. 

Me pregunto qué le diríamos a un amigo que nos dijese una y otra vez que somos feos, gordos, deformes, que nadie nos quiere y todas esas palabras que uno mecánicamente se repite cuando se enfrenta al espejo. Cuántos de nosotros nos dedicamos diariamente palabras destructivas que nos impiden salir a la vida con energía y felicidad? Y si hiciéramos lo contrario? Y si eligiéramos querernos? Decirnos cosas lindas? Reconciliarnos con nosotros mismos?

A veces se hace difícil hablar, uno se queda impotente pensando qué decir, desde dónde hacer entender la gravedad de lo que enferma. Desde dónde quebrar esa coraza que impide asumir la enfermedad y cómo hacer para transmitir que se puede sanar, que se puede revertir toda esa energía que se pone en autodestruirse en curarse. 

La vida pasa, y hay que ver qué queremos hacer con ella y por qué elegimos quedar encadenados, de dónde viene la creencia que atados a nuestro cuerpo, atados a lo que sea, vamos a ser más felices… qué esclavo es feliz? Cómo hacer para transmitir las ganas de
 vivir cuando hay tanto dolor y soledad, cómo hacer para devolver luz y hacer sentir que detrás de la enfermedad hay una vida hermosa que merece ser vivida? Cómo concienciar que uno se va privando de vida, que se va encerrando, que con la enfermedad la vida termina siendo eso que pasa ahí afuera. 

De cuánto está privando la enfermedad? Cuánto tiempo se pierde diariamente atrapado, midiendo pesando o pensando? Cuán presente se está en el
 día a día? Cuán consciente se es de la esclavitud? Cuánto se está dejando de hacer porque uno no se siente bien consigo mismo? Cuantas cosas que gustan, cuántos momentos de compartir se relegan por la adicción? Por qué da miedo enfrentarse al mundo? Cuán larga es la lista? 
Cuánto más vas a esperar para vivir? 

verónica

lunes, 1 de diciembre de 2008

La dieta de Ana y Mia


A Cami.


En Internet hay cientos de páginas de chicas adolescentes que proclaman que para ser felices hay que estar flacas, su discurso es que la anorexia y bulimia son formas de vida y no una enfermedad, estas chicas te alientan a que entres en el mismo camino; Comparten dietas que son dañinas para el organismo y hacen competencias terribles como quién baja más kilos en una semana.
Pero ellas mismas también escriben que no pueden más del dolor, que sus vidas están vacías, que no tienen buenas relaciones con su familia, que están desesperadas porque son feas, porque se odian, porque nadie va a fijarse en ellas, porque no son capaces de hacer nada bien. Ya no quieren salir y su único objetivo es adelgazar.

Camila tiene 15 años, todos los días busca en Internet alguna receta para bajar de peso, me cuenta que ya bajó 6 kilos y desde que está más flaca los chicos en el colegio la miran y dos la invitaron a salir, está feliz porque se siente deseada y está feliz porque encuentra en éstos blogs de chicas con Anorexia y bulimia, amigas que la entienden, que no la juzgan y sobretodo que le dan consejos para seguir adelgazando. Son sus aliadas.
Ayer me escribió desesperada, dice que se siente cansada, que nadie la ama, que se quiere morir ¿cómo puede estar tan feliz un día y sentirse tan desdichada al otro día?
Es que Camila está enferma, porque Ana y Mia no son amigas, ni dietas para bajar de peso, son enfermedades
Pero Cami no lo quiere aceptar.

Ana (anorexia) te propone comer cada vez menos alimentos hasta lograr no comer nada, yo le digo LA CANIBAL, porque el organismo no encuentra de donde nutrirse y se alimenta de su propia carne. Te comes a tí misma.

Mia (bulimia) te induce a practicar infinidad de trucos para adelgazar y para sacarte del cuerpo lo que comiste si es que no pudiste evitar el atracón. Yo la llamo
La GUSANITA, porque se te mete dentro del cuerpo y no te deja paz, te la pasas mintiendo, escondiéndote, controlando todo, es un círculo vicioso de euforia y depresión que te hace sentir en el infierno.

Así que si quieres estar esbelta este verano y crees que haciendo la dieta de Ana y Mia vas a verte mejor, por experiencia propia, te digo que NO será así. Tal vez al principio pierdas peso pero lo único que lograrás TARDE O TEMPRANO, es que se te caiga el pelo y se te quiebren las uñas, que tu piel se ponga amarillento/verdosa, que tu estómago se llene de gases y se hinche porque no puede digerir bien, que tus huesos pierdan calcio, que tu menstruación desaparezca, que tus dedos se queden duros por la falta de potasio, que te internen por deshidratación, infecciones varias, depresión o ataque al corazón, No es asustar es la realidad.

Ana y Mia no son amigas de nadie. Te invito a que leas una página de Internet donde científicamente comprueban que muchos de los consejos para adelgazar que encuentras en esas páginas son puro mito y otros extremadamente dañinos para salud, inclusive mortales. http://www.anaymia.com/

Vane

lunes, 17 de noviembre de 2008

CADA DÍA ME SIENTO MÁS GORDA

Todos los días y varias veces al día me pesaba y revisaba cada parte del cuerpo con sumo cuidado, medía el ancho de mi cintura, mi tórax, mis caderas, mis piernas, tobillos, brazos, dedos, cuello, pómulos… y cuando asomaba algún huesito que antes no se notaba, estallaba en felicidad, significaba que era más bella que antes, más importante.
Que mis huesos sobresalieran ante mi vista y la de los demás era el éxtasis. Que el número de la balanza disminuya gramo a gramo era la misión cumplida.

El siguiente objetivo consistía en mantener ese huesito a la vista, había costado tanto tenerlo que no me podía permitir volver atrás. Me tocaba varias veces para cerciorarme de que seguía allí.
Había días en que todo estaba bien, los huesos se meneaban con orgullo y yo comía lo que me había propuesto, incluso semanas enteras podía pasarla contenta conmigo misma, productiva, CONTROLADA, sentía que los hombres me miraban con deseo, que las mujeres me miraban con envidia. PERO inevitablemente el hueso volvía a esconderse o lo que era peor, me había aburrido de él y necesitaba ver más huesos. Si no los veía, me sentía gorda otra vez.

Había fechas “terribles”, como los cumpleaños, días de la madre, del padre, casamientos, navidad, año nuevo, invitaciones a comer, la canchita del cine, cualquier evento donde hubiera comida. Me las ingeniaba para no comer, si era carne me disculpaba diciendo que era vegetariana, si era algo que según yo engordaba, decía que ya había comido o que estaba mal del estómago o cualquier cosa que me zafara del problema y si en cambio, lo que me ofrecían me gustaba mucho y no podía negarme, comía hasta reventar porque sabía que terminaría en el baño.

Muchas chicas me decían: “tu eres flaca, yo en cambio soy gorda, yo sí necesito hacer dieta”
El tema no pasa por si eres flaca o gorda, ni ser flaca es salud, ni ser gorda es enfermedad, la cuestión es si eres sana o enferma.

Si eres sana, te amas, un número en la balanza no impide que la pases bien, que disfrutes, que te conectes con los demás, persigues tus objetivos con disciplina y sobretodo con responsabilidad y plena conciencia de tus actos. Te preocupa más quien eres que cómo se te ve. Y ten por seguro que si estás bien, se te ve bien, porque cuidas tu cuerpo con amor.
Si eres enferma te odias, tus días son una montaña rusa que te llevan para arriba y para abajo sin que tengas control de tus emociones ni acciones, NO LO PUEDES EVITAR, es más fuerte que tú. Te hablan pero no escuchas porque estás pensando en lo infeliz que eres, en lo gorda que se te ve y en que seguro la otra persona lo nota.

Yo sentía que cada cosa que comía me engordaba Eso era totalmente irracional, uno no engorda cada vez que come, la comida te alimenta, no te engorda, no es algo que se acumula en nuestro cuerpo y nos ensancha como globos hasta explotar. La comida se transforma dentro de nosotros, es combustible, es regeneradora de células, de tejidos, generadora de defensas, mantiene a los órganos funcionando, su función es que el organismo viva. Necesitamos comer todos los días. Necesitamos nutrirnos.

Si cada día te sientes más gorda, como yo me sentía, si adelgazar se convirtió en tu obsesión, y es el pensamiento que te acompaña la mayor parte del tiempo, entonces habla con un médico o psicólogo.
Es peligroso hacer dietas sin asesoramiento porque cada cuerpo tiene necesidades particulares. En realidad las personas con anorexia y bulimia no queremos estar flacas, queremos llamar la atención, queremos amor y protección.

vanessa

martes, 11 de noviembre de 2008


¿Quien va a cuidar a los gatos? Testimonio de Flor sobre su anorexia

Hace un par de semanas me enteré que tengo que dejar mi dpto. Esta será mi mudanza nro 17. Tengo 26 años y no tengo garantía de propiedad ni ahorro alguno. En Diciembre del año pasado me recibí de Licenciada en Administración, trabajo en Buenos Aires como secretaria y hace 8 años que me mudé desde la Patagonia para realizar mis sueños. No es la primera vez que no tengo ayuda de nadie pero espero que si sea la última. Mi familia no tiene casa propia y sus ingresos son inferiores a los míos. Tuve una infancia feliz hasta los 8 años que mi papá decidió abandonarnos. Desde ese momento mi vida fue un sufrimiento casi constante colmado de gritos de mi madre, abandonos de mi padre y con un padrastro violento que siempre nos recordó todo lo que nos daba y que la casa en la que viviamos no era nuestra sino de él. Toda mi adolescencia quise morirme, no entendía como la vida podía ponerme en una realidad de tanto desamor. En lo unico que me sentía valorada era en la escuela y me esforzaba horrores por ser la mejor alumna. En mi casa ni siquiera valoraban eso porque ya se habian acostumbrado. A los 12 años comenzaron mis problemas con la alimentación. Sinceramente no tenía ganas de vivir…mucho menos de comer. Literalmente quería desaparecer y casi casi lo logro. Tuve momentos en que mejoraba y momentos en los que llegaba a desmayarme 5 veces en un día. En los estudios médicos de rutina nunca me encontraban nada fuera de lo normal. No tenía anemia, menstruaba y no tenía indicios de ningun tipo de enfermedad conocida. A los 18 años me vine a vivir a Buenos Aires y soñé que terminaría la pesadilla de mi vida cotidiana. A los 19 falleció mi mejor amiga y mi mundo se derrumbó nuevamente pero a la vez tomé conciencia de lo que era la muerte. Cuando uno es adolescente no tiene ni la mas minima percepción de lo que es porque simplemente la ve muy lejana. Cuando muere alguien que realmente amas entendes el verdadero significado de un "nunca más". Me maldecí por haber querido morir tantas veces y juré nunca más desearlo. No lo logré.
Mi padrastro me echó de mi casa a los 20 años y viví un tiempo con unos tíos abuelos. A los 21 años me dijeron que ya era mayor y que debía vivir sola. Conseguí un trabajo y un dpto por un novio que apenas conocía. Al poco tiempo cambié de trabajo porque me pagaban poco y me trataban mal. El nuevo trabajo es el que hoy tengo y también lo conseguí a través de ese novio. La familia de mi ahora ex novio no me quiso por no ser de una familia tipicamente constituida, por no ser judía y por no tener dinero. Cuando mi novio decidió mudarse conmigo lo despidieron de la fábrica del padre. La presión que sentimos nos llevó a distanciarnos por un tiempo. Conseguí otro dpto por unos amigos y creí que las cosas iban a mejorar. Cada día estaba mas flaca y los fines de semana eran una tortura. Me agarraban imparables depresiones, me sentía muy sola, como siempre. El marido de una amiga me solicito que consultara con una psiquiatra amiga de él. Me diagnosticaron Anorexia Nerviosa y Depresión Ansiosa. Grado grave de desnutrición (llegué a pesar 38 kilos y mido 1.57 mts)y potencialidad de ser paciente de diálisis. Lo que más me movilizó fue la posibilidad de que no pudiera tener hijos nunca si no me curaba a tiempo. Lo peligroso fue que nunca tuve sintomas ni se podía descubrir en los análisis rutinarios. Podría haber muerto pero luche por vivir. Paradójico no?
Me solicitaron tomarme 3 meses de licencia médica e incluso internarme. No tenía esa posibilidad. Todo lo que tenía dependía de mi trabajo y no podía darme el lujo de perderlo. Junté fuerzas y seguí con mi trabajo y mi carrera. Por un tiempo volví con mi ex novio a quien le debo la vida. Me recuperé bastante. El tratamiento es largo (y muy caro) y al principio es muy duro.Vivía con sueño por los antidepresivos, no tenía coordinación en la motricidad fina y no podía concentrarme demasiado. Hoy dos años después sigo con análisis y mucha medicación. La anorexia está bastante controlada a pesar de que debo admitir que cuando estoy mal lo primero que me pasa es no querer comer, con la diferencia que hoy me obligo a hacerlo porque quiero vivir. Mi cuerpo no está produciendo Serotonina que es la hormona que regula los actos impulsivos y la capacidad de disfrutar de la vida, el humor, entre otras cosas. Hace dos semanas me enteré que tengo que desarmar la primer casa a la que me hizo feliz volver. Tengo muchas cosas que compré con mis aguinaldos y mucho esfuerzo pero lo más importante es que tengo 3 gatos a quienes también y, hoy más que nunca, les debo la vida. Frida, Uma y Freud. Cuando ya no me quedan fuerzas para seguir los miro y pienso que tengo que seguir por ellos, por mis hermanos y por mi amiga que no tuvo la posibilidad de elegir no estar y amaba vivir. Mis gatos me dieron el amor que mi familia no pudo. Me esperan cuando llego, me hacen sentir importante, dependen de mi, me necesitan y me miman como ningun otro ser. Muchos podrán pensar que estoy loca…puede ser pero encontré una razón para seguir peleandola cada vez que la vida me pone estas pruebas. La anorexia no es una enfermedad superficial. No es una moda y mucho menos se trata únicamente de tener ganas de ser flaca. La anorexia es un suicidio lento (ganas de morir) que puede tener muchos origenes. La vida es HERMOSA.Valorala, no todos pueden elegir vivir. Buscá motivos para seguir peleandola y yo te prometo que va a valer la pena. Aunque estes sola como yo con eso basta para que sigas viva porque no hay ni habrá otro ser como vos jamás. Que la anorexia no sea una moda, elegí vivir.

Flor.

martes, 4 de noviembre de 2008

ANOREXIA... BULIMIA... SON MÁS QUE LO QUE SE VE

Sea como se vea, no es todo lo que se ve .
Anorexia ... Bulimia ... dos caras de un mismo trastorno ... son conceptos simplificados, soslayados. minimizados y distorsionados por una sociedad que simplifica, soslaya, minimiza y distorsiona todo aquello que no comprende pero intuye como reflejo de su propia limitación .

Ya se ha dicho demasiado en qué consiste .
Ya todos lo saben .
Fingir no conocer los síntomas, su inicio y su desarrollo es insultar la inteligencia de muchos y abofetear el padecimiento de otros tantos .
Pretender desconocer el desenlace ... es una irresponsabilidad .

De lo que no se habla es del DOLOR .
De lo que no se habla es de la DESESPERACIÓN .
De lo que no se habla es del SUFRIMIENTO de los seres que transitan por los callejones fríos y oscuros de esta enfermedad como almas atormentadas , esperando ser rescatadas y, al mismo tiempo, temerosas de ser rescatadas.
De lo que no se habla es de la absoluta IMPOTENCIA de estos seres desvalidos frente al aguijón de la angustia, solos frente al miedo, ignorantes de su propio estupor . Partidos en pedazos .

De lo que poco se sabe es del deconcierto frente a la vida que estas niñas y niños, contenidos en un cuerpo adulto, sienten, pese a cualquier argumento que se les quiera imponer desde la razón .
De lo que poco se sabe es de la búsqueda incansable del "Ser Perfecto" por el que estas criaturas sacrifican toda experiencia de goce .
De lo que poco se sabe es del castigo al que se someten por no alcanzar ese nivel de excelencia que se autoimponen y la reiterada sensación de fracaso a la que se sienten condenadas .

Seres inconmensurablemente sensibles , están apresados en sí mismos . No pueden dar, porque temen quedar vacíos, porque están convencidos que los otros no están interesados en recibir lo que ellos tienen para ofrecer .
Seres creativos y extremadamente afectivos, temen expresarse , como si al mostrar su interior se diluyera su esencia, como si al mostrarse quedaran expuestos a un juicio que, inexorablemente, los reprueba y los condena .
Seres inteligentes, no pueden resolver las más simples ecuaciones de la vida, porque para ellos, los conflictos cotidianos no son más que la confirmación de su ineptitud para vivir.
Seres generosos, no encuentran la frontera entre entregarse y derramarse.
Seres demandantes, no saben pedir .
Seres carecientes, no creen merecer amor .

Seres especiales que no han encontrado la manera de amarse, que no han oído el eco de sus propias voces, que no creen ser más que el nombre con que se los nombra y cuyo destino sienten fuera de sus manos, merecen algo más que ser reducidos al registro de síntomas en un protocolo. Merecen ser comprendidos desde la empatía que sólo es posible entre humanos.
Todos podemos ser ellos. Todos lo somos de alguna manera.
Todos cobijamos un niño asustado en nuestro interior. A él apelemos para comprender al que tiene miedo de que ese niño se le pierda para siempre... y ayudémosle a crecer.
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He sido terapeuta de personas con Patología Aimentaria durante poco más de ocho años. Las he acompañado en largas travesías hacia sus propias cavernas interiores, a la caza de sus propios fantasmas. No ha sido un camino fácil para ninguna de ellas; se han perdido en laberintos interminables, han renunciado a la esperanza de encontrar la salida una y otra vez, y una y otra vez se han levantado para comenzar nuevamente .
Un día comprendí que sólo tenía que acompañarlas. Que solamente debía estar allí como en prueba de confianza. Ellas tenían todas las herramientas, sólo necesitaban que alguien creyera que les servirían para construir sus vidas en un terreno que no se derrumbara bajo la presión.
Después, no tuve más que escucharlas y hacer que se escucharan.
De ahí en más, para mí todo fue aprender: de su coraje, de su fina sensibilidad, de su valor para emerger del infierno y de su infinita capacidad de amar.

Si. La Anorexia... la Bulimia...son más de lo que se ve , y resolverlas implica, justamente, trascender lo visible .

Silvia Nora Molinari
Licenciada en Psicología Mat. 12.326

domingo, 26 de octubre de 2008

¿Cómo saber si tengo anorexia y/o bulimia? ¿Cómo saber si mi hijo/a tiene?

El otro día un amigo mío que es papá de una niña de 11 años, me dijo que estaba preocupado porque su hija decía que estaba gorda y no quería comer. Me preguntó si eso era anorexia.
La anorexia y bulimia deben ser diagnosticadas solo por profesionales especializados.
Sin embargo encontré unas encuestas muy interesantes que pueden orientarnos si es que creemos que tenemos un problema de alimentación o que alguien querido lo tiene.
Las encuestas están realizadas por BACE Tratamiento Integral de Sobrepeso, Bulimia y Anorexia, dirigido por la Dra. Edith Szlazer, Médica (UBA) y Licenciada en Psicología (UB), con dedicación exclusiva en trastornos de la alimentación.
Si alguien tiene interés puede entrar a la web de BASE y contestarlas on line, ellos les darán una respuesta, pero aclaramos que no es un diagnóstico médico, los especialistas del tratamiento enfatizan que: “te daremos una respuesta al sólo efecto referencial y sin que ello implique ni pueda interpretarse como consejo u opinión de carácter médico, para cuyo propósito deberás acudir en consulta a los correspondientes facultativos y/o especialistas.”

TEST de Auto evaluación: (contesta Si o No)
Piensas mucho en tu cuerpo
Te sientes gorda/o
Sientes culpa después de comer
Comes gran cantidad de comida en un corto periodo de tiempo
Subes y bajas de peso frecuentemente
Haces dieta a menudo
Te sientes triste
Tomas laxantes y/u diuréticos
Vomitas después de comer
Los demás piensan que estás muy delgado
Sientes que la comida controla tu vida
Haces ejercicios físicos
Te aíslas de los demás
Te obsesiona la idea de estar delgada/o
Te pones nerviosa/o a la hora de la comida
Comes poco delante de los demás
Eres muy exigente contigo misma/o
Tienes vellos en los brazos
Si tienes tu menstruación, te viene regularmente
Vistes ropa ajustada

TEST Para Padres: (contesta Si o NO)
Su hijo o amigo hace dietas constantemente
Se aísla mucho en su cuarto
Tiene problemas escolares o ha dejado de estudiar o trabajar
Siente que últimamente se está distanciado
Está agresivo con la familia o irritable
Siente que ha perdido el interés por las cosas
Es muy perfeccionista
Ha bajado notablemente de peso en los últimos meses
Le Ha notado algún cambio en su forma de vestir
Hace mucho ejercicio físico en exceso
Ha perdido el apetito
Tiene insomnio
Trata de comer solo/a
Tiene conductas repetitivas por ejemplo lavarse varias veces las manos
Se le ha retirado el periodo menstrual
Se sienta a la mesa familiar a comer
Luego de comer generalmente se levanta y se va al baño
Cuando está en el baño abre la ducha, pone música etc
Piensa que come a escondidas
Se acaban rápidamente los alimentos dulces en la casa
Le ha encontrado alguna vez restos de comida en su habitación
Le ha encontrado alguna vez laxantes o diuréticos
Le ha notado los nudillos de las manos lastimados
Piensa que su hijo/a vomita

Este test sirve, como dije antes, de guía y orientación.

lunes, 20 de octubre de 2008

30 segundos de nuestra campaña

Nos presentamos al Concurso Google 10 al 100 (www.project10tothe100.com) con nuestra campaña. Se trata de una convocatoria de ideas para cambiar el mundo y ayudar a la mayor cantidad de personas posible.
Acá va el video de 30 segundos que había que presentar, aparte de llenar un formulario. ¡Ojalá tengamos buenas noticias el año que viene!!


Pía

Música original de Francesca Robbiano

Dibujos de Andy Riva

Editado por Pía Sicardi

jueves, 16 de octubre de 2008

LA DIETA MORTAL



Artículo sacado de la revista CARETAS (31 de agosto del 2000) http://www.caretas.com.pe/2000/1634/articulos/anorexia.phtml

Anorexia La Dieta Mortal
Presión social y causas sicológicas convierten inocente régimen para bajar de peso en enfermedad letal. Las víctimas en potencia se encuentran en los colegios.

CUANDO Jimena de Osma terminó el quinto de media en el colegio San Silvestre, en 1994, estaba resuelta a dos cosas: en el plano profesional, estudiar alta cocina en los EE.UU., y en el personal, empezar una dieta que la pusiera "regia". Lo primero se truncó porque la compañera con la que había planeado el viaje desertó a último momento. Lo segundo, que era un sueño compartido por las chicas de su promoción, acabó convirtiéndose en su peor pesadilla. La dieta y los ejercicios se convirtieron en la obsesión de Jimena. Si no estaba en el gimnasio haciendo sesiones extra de ejercicios, estaba en Wong atiborrándose de productos dietéticos y de tipo ligth. Por aquellos días, según sus familiares, Jimena era una estupenda cocinera que disfrutaba con ver a los demás degustando sus potajes. Pero lo raro era que ella misma no probaba bocado alguno. Había días en que su dieta consistía en comer, únicamente, la mitad de una hoja de lechuga. De 48 kilos bajó a 46, luego a 43, y siguió cuesta abajo a 39, 35...

Empezó a usar ropa holgada con el doble fin de sentirse más delgada aún y de que ello no despertara la preocupación de sus familiares. Cuando se miraba al espejo, no veía que sus costillas empezaban a asomar dramáticamente. Por el contrario, veía una mujer con algunos kilitos de más. De hecho, la anorexia nerviosa es una enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso y por una imagen distorsionada del propio cuerpo (dismorfofobia). ¿Qué sentías? -se le pregunta. Tenía hambre y me provocaba comer, pero algo más fuerte que yo me lo impedía. Sabía que tenía que subir de peso pero temía engordar, pensaba que siendo gorda nadie me iba a querer. Sin embargo, tu vida giraba alrededor de la comida... En las noches no podía dormir, me la pasaba pensando en las calorías que consumía y en cuántos ejercicios debía hacer para eliminarlas. Si soñaba que comía, al día siguiente me embargaba un sentimiento de culpa terrible. Jimena bajó 24 kilos en tan sólo seis meses. Tenía 19 años y sin embargo su apariencia era la de una sufrida mujer de 40 años. Pesaba 27 kilos. Quienes la conocieron por entonces cuentan que su aspecto frágil y quebradizo contrastaba con sus ínfulas de superioridad, indiferencia y desprecio hacia los demás, y aseguran que de ella emanaba una poderosa energía negativa. La anorexia había devorado un lugar esencial de su identidad como mujer.

AMENAZA EN COLEGIOS
En su tesis "Trastornos alimentarios en mujeres adolescentes escolares", la psicóloga de la U. Católica Joan Hartley advierte que casos como el de Jimena se pueden encontrar -en estado latente- en las estudiantes de 4º y 5º año de secundaria tanto de colegios clase A como estatales de Lima. Su encuesta realizada en 1999 a 261 alumnas, arrojó que la mayor parte de ellas está insatisfecha con su imagen corporal, padece trastornos alimentarios intermedios que son inadvertidos por sus padres y que, además, invierten excesivas energías síquicas en el tema del control de la alimentación. Hartley usó dos variables: una objetiva (el peso de la alumna) y una subjetiva (la pregunta ¿cómo te ves a ti misma?). Al cruzarlas, quedó sorprendida. No sólo las chicas con sobrepeso veían sus rollitos, sino que incluso el 89 % de aquellas con peso adecuado a su talla se apreciaban gorditas, y el 76 % de las que tenían bajo peso también decían estar con kilos demás. Pero eso no es todo. El 45.2 % de las que sufrían de bajo peso severo también decían estar subidas de peso y, por lo tanto, ansiaban ponerse a dieta. Colegios como el Villa María y el San Silvestre empezaron a ofrecer a sus alumnas charlas preventivas sobre la enfermedad. Pero se detectó que éstas eran usadas por algunas alumnas para aprender estrategias de adelgazamiento. Preguntas del tipo ¿y cómo hacen esas chicas para adelgazar tan rápido? o ¿y esas pastillas las venden en cualquier farmacia?, las denunciaron y ahora los organizadores están revisando la metodología.
fármacos para quitar el apetito.
Para la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), con sede en la Argentina y próxima a abrir una sucursal en el Perú, un primer paso es capacitar a los maestros en la prevención y detección temprana. Pero, ¿cómo descubrir a una anoréxica en potencia? La primera luz de alerta -dicen- la dan las alumnas que durante el recreo dejan intacta la lonchera argumentando que están a dieta. O aquellas que durante la clase de educación física realizan ejercicios o deportes intensa y compulsivamente con el único fin de bajar de peso. También las perfeccionistas, alumnas estrella, ejemplares, un tipo de personalidad que caracteriza a las anoréxicas. Las que pasan horas conversando sobre "la dieta de moda". Y las que -esto es más difícil de detectar- tienen conductas purgativas como la del vómito provocado. Según los especialistas de Aluba, los vómitos frecuentes producen un descenso del nivel de potasio en la sangre deteriorando el esmalte dental, provocando la caída de los dientes y hasta un paro cardíaco.
Pasarelas de modelaje, escuelas de danza y gimnasios son los lugares más frecuentados por las anoréxicas. Los entrenadores de los gimnasios ya las conocen. Ellas se embarcan en máquinas de ejercicios, rutinas de aeróbicos o speening de 3 a 5 horas seguidas, e incluso repiten el plato durante la noche. Actúan como autómatas -dice un entrenador-, concentradas en el ejercicio y en el número de calorías que aparecen en la pantalla de las máquinas. Se detectan entre ellas y hacen competencias de resistencia. Pero si les recomiendas que descansen, se irritan y te mandan al diablo. Y en el baño de mujeres -cuentan testigos- son frecuentes las conversaciones sobre las más audaces maneras de adelgazar. Entre ellas mismas se recomiendan "neutralizantes de sabor" para perderle el gusto a las comidas, laxantes, diuréticos y enemas para purgarse, así como poderosos fármacos supresores del apetito y antidepresivos que se venden en las farmacias sin prescripción médica. Por todas estas razones María Elena, de 36 años, ha dejado de ir a los gimnasios. Esta atractiva funcionaria de finanzas, está logrando salir del abismo en que estuvo desde los 14 años gracias a su sicoterapeuta, a un grupo de buenos amigos y a su fe en Dios. Al inicio mi meta era usar ropa de tallas infantiles. Pero cuando me di cuenta, estaba usando pantalones anchos para disimular los problemas que mi extremada delgadez me causaba al caminar. Los abrigos me pesaban, los cinturones de seguridad de los autos me hacían llagas en los hombros, sentarme en una superficie dura me causaba dolor. Sin embargo, era un placer para mi verme en el espejo del baño y contar una a una mis costillas con los dedos de la mano. Desde hace un año María Elena ha dejado de coquetear con la muerte. Ahora, simplemente, disfruta la vida lejos de dietas y balanzas. Y los temores a engordar son cosa del pasado.

PACIENTES IMPACIENTES
En un salón del Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, el jefe del departamento de niños y adolescentes, doctor Rolando Pomalima, preside una sesión de terapia familiar. En el primer semestre del 2000 cuarenta adolescentes fueron internadas por anorexia nerviosa y bulimia. Según Pomalima, hasta ahora la ciencia no ha logrado determinar las causas concretas de esta enfermedad. Pero hay factores concurrentes: presión social, familias disfuncionales, desórdenes de personalidad y factores genéticos y hereditarios que hacen que el problema tenga que ser abordado desde una perspectiva multidisciplinaria. Allí están las niñas, flaquísimas, impávidas, no abren la boca ni para comer ni para hablar. Sólo uno de los padres se anima a dar su testimonio: Nos dimos cuenta que Mariana estaba demasiado delgada un poco antes de que cumpliera los quince años. Pero lo pasamos por alto pensando que quería "estar flaca" para su fiesta. Hoy tiene dieciocho años y en las noches, desde mi habitación, escucho con dolor las bocanadas que ella trata infructuosamente de silenciar.

Gastón Agurto.

sábado, 11 de octubre de 2008

“TENGO ANOREXIA Y BULIMIA PERO NO QUIERO CURARME”

¿En qué nos beneficia tener anorexia y bulimia?
Seguro me dirás que nos adelgaza o nos mantiene delgada. No es un método muy eficaz para lograr ese objetivo, vivir entre la abstinencia y el atracón hace que el peso suba y baje constantemente y eso genera también inestabilidad en los estados de ánimo. Vivir en la abstinencia hará que bajemos de peso, pero como es típico de la enfermedad, no importa el número en la balanza, nunca estaremos satisfechas.

¿Cuál es el verdadero beneficio que obtenemos de la enfermedad?
PROTECCIÓN. Por algún motivo no estamos listos para hacernos cargo de nuestras vidas y tomar decisiones propias, dependemos de la opinión ajena, tememos mucho al fracaso, y sobretodo otros tienen la culpa de nuestros fantasmas y problemas.
En la adolescencia empezamos con este viaje de convertirnos en seres independientes, de ser nosotros mismos, la anorexia y bulimia detienen este proceso, nos protegen de crecer. Está comprobado que la falta de aceptación del esquema corporal impide el paso al mundo adulto. No queremos crecer porque eso significa romper dependencias familiares y miedos muy arraigados y aceptar que todo lo que nos pasa en la vida es NUESTRA RESPONSABILIDAD.
El tiempo sigue corriendo, nos convertimos en adultos, tal vez en profesionales exitosos, pero emocionalmente nos quedamos de 15 años, somos como adolescentes inseguros que necesitan de la aprobación de otro y una constante atención. Tarde o temprano esa brecha entre nuestro desarrollo emocional y el intelectual nos juega en contra. Al principio la enfermedad nos era útil; con el paso del tiempo, nos cobra un precio altísimo: nuestra vida.
DECIDIR CURARSE es sacarse la máscara de "a mí no me pasa nada, yo sé lo que hago, soy grande” y dejar de mentir, al resto y a uno mismo. Ese acto tan difícil es avanzar la mitad del camino.
Curarse, no es engordar, no es adelgazar, no tiene que ver con el cuerpo, curarse significa reunir tus partes, aceptarlas todas y convertirte en una unidad, con tus claros y oscuros pero convertirte en ti mismo.



Vanessa

jueves, 9 de octubre de 2008

Riesgos durante el embarazo

Consultamos a la Dra. Leticia Urdapilleta, del Dto. Psicología del CEGyR (Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción), quien nos asesoró en este tema. A este centro asisten muchas mujeres o matrimonios con problemas de fertilidad. La Dra. Urdapilleta nos comentó que no se hace tratamiento de fertilidad a una mujer que tenga anorexia avanzada. A estas pacientes se les explica que hasta que no estén compensadas no las podrán atender, dado que es un riesgo muy grande, tanto para sí mismas como para el bebé y su desarrollo. A estas personas se les recomendará que busquen ayuda profesional lo antes posible, para así poder someterse a los tratamientos adecuados antes de comenzar a intentar quedar embarazadas. El hecho de quedar embarazada cuando aún estuviera luchando por curarse podría ser perjudicial tanto para su salud como para la salud de su bebé. Deberá tenerse en cuenta que las mujeres que padecen de anorexia son más vulnerables a sentirse agotadas y deprimidas durante el embarazo, a causa del estado de malnutrición o desnutrición que presentan.


Las bulímicas son más propensas a quedar embarazadas mientras aún estuvieran padeciendo dicho trastorno alimentario, debido a que son capaces de mantener un peso saludable. Sin embargo, la acción constante de purgar los alimentos que han consumido podría traer como resultado que tanto la futura mamá como el bebé no estuvieran recibiendo los nutrientes necesarios, y por ello sería muy difícil que dicho embarazo llegara a término exitosamente. Un minucioso estudio clínico incluso pudo demostrar que las bulímicas eran dos veces más propensas a tener abortos espontáneos, si se las comparaba con mujeres que gozaban de un óptimo estado de salud.


El hecho de quedar embarazada mientras se estuviera padeciendo algún trastorno alimentario podría incrementar el riesgo de:

  • Desarrollar diabetes gestacional.
  • Padecer de preeclampsia (hipertensión durante el embarazo)
  • Tener complicaciones durante el trabajo de parto.
  • Necesitar una cesárea.
  • Padecer de depresión post-parto (las bulímicas son particularmente vulnerables a ésto).
  • Tener bebés que mueran dentro del plazo de un mes, luego de haber nacido.
  • Dar a luz bebés con muy bajo peso.
  • Padecer de ictericia (problemas con el hígado, la piel se pone amarilla)
  • Presentar bajos valores de APGAR (examen que se le hace al recién nacido, de su frecuencia cardíaca, color de piel, tono muscular, esfuerzo respiratorio y reflejos)
  • Poseer poco líquido amniótico.
  • Sufrir separación de la placenta.
  • Tener bebés con defectos de nacimiento; especialmente ceguera y retraso mental.

Pía

Agradecemos a la Dra. Leticia Urdapilleta por su asesoramiento.

lunes, 6 de octubre de 2008

Riesgos de la anorexia y bulimia en la fertilidad

Las personas que padecen trastornos alimentarios dañan la mayor parte de sus órganos y perjudican severamente su sistema hormonal. No sólo están los problemas físicos: las anoréxicas, las bulímicas y las personas que comen compulsivamente son más propensas a sufrir de estrés, ansiedad y depresión.

A causa de la dramática pérdida de peso causada por la anorexia, muchas mujeres pierden sus períodos, y por ello les será imposible quedar embarazadas. En algunos casos, las mujeres que hubieran estado padeciendo anorexia por años, podrían llegar a perder sus períodos definitivamente, debido al daño permanente que les han inflingido por tanto tiempo a su cuerpo, alimentándolo escasamente y de una forma poco equilibrada. La concepción, la fertilización de un óvulo, la implantación y el llevar adelante exitosamente a término un embarazo se torna sumamente dificultoso y, en algunos casos, imposible.

Una explicación simple y breve para comprender esto, es la siguiente: si una adolescente deja de tomar los alimentos suficientes para el desarrollo del aparato reproductor, la matriz no se desarrolla. Las hormonas femeninas (estrógenos), que tienen un papel importante en el desarrollo puberal, necesitan alojarse en la grasa corporal, que generalmente está en las caderas. Esta hormona es la que le da elasticidad al útero para que se expanda. En el caso de una anoréxica, al no tener grasa corporal suficiente, el útero no logra desarrollarse y queda pequeño, atrofiado. Un nivel de estrógenos bajo puede llevar a problemas de esterilidad en dichas mujeres. La naturaleza sabiamente se ingenia para reducir el período fértil y evitar la fecundación en las mujeres que no están óptimas de salud para albergar un nuevo ser.
Entre los problemas de infertilidad asociados a los trastornos alimentarios se podrían incluir:
• Amenorrea (ausencia de la menstruación)
• Ciclos menstruales irregulares.
• Deficiente calidad de los óvulos.
• Trastornos o problemas ováricos.
• Ambiente uterino inapropiado o desfavorable (debido a la mala alimentación durante la adolescencia, el útero está rígido y un bebe no puede desarrollarse en un útero que no se expande)
• Abortos espontáneos.

Algunos síntomas visibles
Las mujeres con anorexia usualmente dejan de tener períodos menstruales, tienen la piel demasiado seca y el pelo en la cabeza demasiado delgado. Les puede salir un vello fino por todo el cuerpo; pueden sentir frío todo el tiempo y enfermarse con frecuencia. Las personas con anorexia por lo general están de mal humor, tienen dificultad para concentrarse y siempre están pensando sobre la comida.

La sexualidad en una pareja
La mujer anorexica o bulimica suele tener mucha inestabilidad emocional. A medida que la depresión aumenta, disminuye la libido. Las mujeres con esta enfermedad se desfeminizan, esconden su cuerpo y su sexualidad. Como la imagen de sí mismas está distorsionada, se ven horribles, no quieren que las vea un hombre desnuda y tienen aversión a la cercanía corporal.

Pía

Agradecemos a la Dra. Leticia Urdapilleta por su asesoramiento.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Detrás del espejo

Creo que es tiempo de relegar los espejos, de pararnos todos, cada una de nosotros y hacer una profunda reflexión, asumir nuestras responsabilidades, como madres, padres, hermanos, amigos, comunicadores, educadores: como sociedad entera.
La bulimia, la anorexia, los trastornos de la alimentación, no son enfermedades de chicas, chicos, niñas, niños y adultos que quieren ser como el modelo de tapa, son el síntoma de una sociedad disfuncional, que inculca valores equivocados, que no tolera la diferencia dejándonos solos en el mundo pidiendo a gritos que nos miren y nos acepten.
No se trata de cambiar los modelos de mujer flaquísimas por otros más normales, (aunque sin duda ayudaría). Cambiar un modelo por otro es postergar por un tiempo el análisis... un gran error.
Llenos de angustia y tan tan solos miles de mujeres y hombres se encierran en sus mundos por miedo a no ser aceptados.
Todos andamos como locos por la vida, desorientados, de un lado para el otro tratando de encajar en los patrones de lo que debería ser, de los modelos exitistas de una sociedad que privilegia la imagen al ser. Y de pronto, un día, nos encontramos con que ya no sabemos quiénes somos ni qué queremos, y nos ahogamos de soledad y nos llenamos de hambre siguiendo los pasos de otros que se imponen como ideal, negándonos así una vez más.
Cada vez que nos paramos frente al espejo y nos comparamos algo adentro se derrumba.
Cuando nos comparamos nos anulamos, nos diluimos lentamente hasta desaparecer. Renunciamos a nuestras voces, a profundizar en lo que somos para ser el sueño o el cuerpo de otro reflejado en el nuestro.
El problema no es la imagen, sino la comparación. No puede existir un modelo de mujer, de hombre, porque somos infinitos y únicos. Limitarnos a seguir viendo sólo una clase de belleza es destruirnos y encadenarnos, negar nuestra naturaleza única para atiborrarnos de angustia.
Relegados de nosotros mismos al aceptar que se nos asignen modelos a seguir, terminamos todas, todos, encerrados en una prisión desde la cual es muy difícil relacionarse, amar, vivir. Nos desconectamos en cuerpo y alma, de uno y del otro, cuando son un todo. De esta forma desistimos, renunciamos a confiar en nosotros, a ser libres y caminar el mundo creando, sea cual sea el campo en el que nos desempeñemos. Renunciamos a devorar el mundo felices para permanecer inseguros devorados por él, incapaces de quebrar las estructuras que pretenden darnos forma y siguiendo sumisos sus mandatos.
En vez de preguntarle constantemente a la imagen que nos devuelve el espejo y la balanza, quiénes somos y preocuparnos por las calorías, gramos de lo que ingerimos, deberíamos cuestionarnos qué nos falta, por qué estamos tan hambrientos. Tal vez buscamos ser aceptados, por una sociedad en la que se rechaza lo diferente, negando así la diversidad de la vida y la naturaleza. Entonces somos arrastrados a pasar una y otra vez por recetas de dietas que minan nuestra salud y nuestro ánimo o por el quirófano, o sufriendo horas en un gimnasio intentando modelar nuestro cuerpo cuando ni siquiera nos podemos conectar con él. En el fondo todos buscamos ser reconocidos ajustándonos al patrón de belleza que se impone en el momento para así sentirnos mejor y poder mirarnos al espejo sin miedo.
La cuestión es que preocupándonos por nuestra imagen y no por nutrir nuestro cuerpo y alma, nos desconectamos de nosotros mismos, de nuestros anhelos profundos, postergamos nuestra vida, nuestros sueños tapándolos con un bisturí o un atracón. Pero las heridas y carencias siguen ahí, así como la soledad tan intensa que ahoga. El miedo a no ser mirado y aceptado sigue rondándonos, acechando y jugando con nuestra hambre.
Mientras la inseguridad crece y lo invade todo.
Tal vez sea momento de frenar, de observar atentamente a nuestro alrededor quebrando los espejos para poder mirar acá adentro. La sociedad la formamos todos, y todos tenemos que hacernos cargo de nuestra parte de responsabilidad. Intentando educar en la aceptación del cuerpo a nuestros hijos, intentando no marginar, reforzando la autoestima, construyendo redes firmes entre todos que nos cobijen. Creando una sociedad en la que nos sintamos protegidos, aceptados y no amenazados y bombardeados, atacados por mil y una imágenes que nos invitan a ser de todo, menos lo que somos. Cuidando a nuestros pequeños y adolescentes entre todos para que crezcan seguros y felices ya que un niño o una niña que no apruebe su cuerpo difícilmente podrá vincularse con su entorno de una manera saludable y feliz. Nuestro desafío reside en unirnos, comunicadores, padres, madres, todos como sociedad logrando aunar esfuerzos para poder enfrentarnos al espejo, sin miedo y sonreír.

Verónica

Daños dentales

Tanto la anorexia como la bulimia presentan manifestaciones bucales significativas, de ahí la importancia que tiene para el odontólogo, conocer los signos y síntomas típicos de estas 2 enfermedades para poder identificarlas, ya que en ocasiones son los primeros profesionales sanitarios a los que acuden estos pacientes.
Dentro de las principales manifestaciones bucodentales en los pacientes anoréxicos y bulímicos se encuentran:
- Descalcificación y erosión del esmalte
- caries extensa
- sensibilidad dental al frío y al calor
- alteraciones en la mucosa bucal y tejidos periodontales (1)
- sialoadenosis (2)
- xerostomía (3)
- pérdida de la integridad de las arcadas
- disminución de la capacidad masticatoria y antiestética,
- queilosis (4)
- mordida abierta anterior y restauraciones que sobresalen por encima de los dientes erosionados (pseudo-sobreobturación).

De todas las anteriores nombradas, quizás la mas frecuente y visible es la erosión dentaria causada por las sustancias ácidas del estómago que pasan por la cavidad bucal en el momento del vomito autoinducido. Con el tiempo esto provoca una perdida del esmalte dentario que recubre a los dientes con su consecuente aumento de la sensibilidad dentaria ante cambios de temperatura, sustancias dulces, ácidos, etc.

El tratamiento dental adecuado se basa en el aspecto multidisciplinario de estos trastornos así también como revisiones continuas, protección del esmalte con fluoruro y específicamente en aspectos de higiene.

(1) Tejido periodontal son los tejidos que rodean al diente (Encía, hueso, raíz)
(2) La sialoadenosis, Inflamación de las glándulas salivales.
(3) Xerostomía: Boca seca por mal funcionamiento de las glándulas salivales. Se presenta con ardor y dolor en la lengua, saliva espumosa y viscosa, aumento de la sed y aparición de fisuras en la comisura de los labios.
(4) Queilosis: Trastornos de los labios y la boca Caracterizado por formación de escamas y fisuras provocadas por una dieta deficiente en riboflavina


Dr. Alejandro Gaetán
Odontólogo. MN 27103
Especialista en implantes y blanqueamiento
Tel: 4786-7039
Mail: alegaetan@yahoo.com

martes, 30 de septiembre de 2008

Una anécdota triste




En una plaza había dos nenas, de unos 7 años, jugando.
Mientras se hamacaban, una le pregunta a la otra: si pudieras pedir un deseo, ¿qué pedirías?
Y la otra le responde: poder comer todas las golosinas que quiera, sin engordar.


(esta anécdota me la contó espontáneamente Florencia Fuentes, después de haber leído nuestro blog. Una amiga de ella fue quien escuchó este diálogo en la plaza).

Nos deja pensando, ¿no?


Pía
(ilustración: La-jeune-fille-sur-la-balançoire, de François Bonelle)

domingo, 28 de septiembre de 2008

sobre pi, vero y vane

Vero y Pía se hicieron amigas cuando eran niñas y vivían en Bariloche.

Compartían la misma pasión por el arte. Vero se hizo fotógrafa y Pía directora de cine, y ambas se hicieron mejores amigas. Crecieron y se fueron a vivir solas, se mudaron juntas a un departamento muy bonito en Capital Federal.
Vero practica yôga, fabrica cuadernos y los marcos de sus cuadros, escribe, pinta y cocina deliciosos platos vegetarianos. Pía canta y toca guitarra arriba de los árboles con su novio Eze, estudia música en el conservatorio y trabaja como loca en cine, publicidad y en sus propios proyectos.

Vanessa las conoció en la escuela de cine donde estudiaba para ser guionista. Vane es actriz y escribe desde niña. Hay cientos de cuadernos, hojas y hasta servilletas escritos por ella guardados en cajas, cajones y estantes. Dice que escribir la ayudó a rehabilitarse de su anorexia y bulimia. Pía confiesa que en algún momento de su adolescencia también tuvo síntomas de la enfermedad y Vero se concentra en oir su voz para no perderla entre tantas voces que te dicen cómo debes ser y actuar.

Es increíble cómo esta enfermedad se propaga cada vez más. Los humanos enfermamos y también tenemos el poder de sanarnos y ayudar a sanar. Estas 3 chicas unieron fuerzas y junto a un equipo de profesionales en comunicaciones crearon ABmenos, una campaña de prevención contra la anorexia y bulimia que entre otras acciones como cortometrajes y talleres preventivos, usará este blog como medio para lograr el super objetivo: que haya menos anorexia y bulimia.


viernes, 26 de septiembre de 2008

¿Por qué te enfermas de anorexia o bulimia?

Cuando me preguntaban porqué me enfermé, no sabía que contestar y eso me angustiaba, sabía qué cosas me habían dañado, pero todos los seres humanos sufren daños y no por eso se enferman de anorexia o bulimia. ¿Por qué entonces me enfermé yo? ¿Qué tenemos en común los que padecemos esta enfermedad? Yo creía que solo la sufrían modelos o actrices por la presión de la imagen, pero cuando llegué a la clínica había pacientes con anorexia y bulimia que eran médicos, psicólogos, amas de casa, profesoras de niños, policías y hasta líderes políticos, nada que ver conmigo y mi mundo del espectáculo, entonces ¿qué nos unía? Cuando los fui conociendo me di cuenta que teníamos actitudes y conductas similares como baja autoestima, hiper exigencia, miedo a enfrentar la vida….etc
Investigué más y encontré una página estupenda http://www.anaymia.com/ les sugiero que la lean, hay información valiosa y útil, la página es parte de una campaña contra la anorexia y bulimia hecha por la fundación Protégeles de España http://www.protegeles.com/ . Allí explican, entre otras cosas, que la enfermedad es una combinación de 3 factores

a) Factores predisponentes: tiene que ver con lo genético. En una familia lo común es que existan más de un miembro con la enfermedad.
b) Factores detonantes: un entorno familiar inestable, cambios físicos como en la pubertad, baja autoestima, sobre exigencia, dietas rigurosas, excesivo ejercicio físico, trastornos emocionales, insatisfacción personal, situaciones estresantes
c) Factores perpetuantes: presión social, aislamiento social

Cada persona debe buscar su por qué. Descubrir por qué nos enfermamos es un viaje de aventuras más apasionante que el señor de los anillos, hay que sumergirnos en un océano oscuro lleno de monstruos.
Descubrir para qué nos enfermamos es el tesoro que nos regala la vida, por haber sido valientes en convertirnos en mariposas y dejar de ser orugas. Es nuestra misión.

Vanessa

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Perpectiva antropológica de la enfermedad

Por: Andrea Naranjo – antropóloga

Como dije anteriormente creo que
“La Anorexia y bulimia unos feos, frígidos, amargados asexuales inventos, digeridos y expulsados por el sistema económico social de apariencias espectaculares y "aceptaciones" etnoconsumistas, donde la imagen es todo.”

Según los estudios la anorexia y bulimia estos Transtornos de Conducta Alimentaria se dan en las sociedades del primer mundo y dentro de éste en la clase alta, como apunta la socióloga española Pilar Cisneros Britto[1]:
“El modelo de mujer delgada se desplaza en el tiempo y en el espacio siguiendo el ritmo del desarrollo económico. Va de los países más desarrollados a los menos desarrollados. Aparece primero en las jóvenes de clase alta, para pasar posteriormente al gran público, probablemente de la mano de los modelos de estas clases, difundidos por los mass-media (…)En las épocas históricas donde la obtención de alimentos era privilegio de las clases dominantes, la ostentación de peso, de gordura era un símbolo de status, de condición social privilegiada. Cuando el consumo de alimentos se hace accesible al gran público, un nuevo elemento de distinción y de status viene a sustituirle.”
Pero en un mundo globalizado como el de hoy, en un continente como el nuestro, la publicidad y los mass media juegan un papel importante en estos Trastornos Alimenticios pues “venden un estilo de vida “feliz”, un discurso efímero y volátil de los objetos con fines mercantiles, colocándose en el umbral de las apariencias y de las máscaras sociales[2] que moldean nuestras mentes, cuerpos, deseos, sentimientos y aspiraciones según las necesidades espectaculares del Mercado, convirtiendo a los sujetos en publicidades ambulantes, en reproducciones de reproducciones de lo que deberíamos ser. El sistema económico contemporáneo es homogeneizante y consumista por lo que nos convierte en compradores de posturas, identidades y tecnología funcional.[3] La publicidad da un espectáculo efímero y en eterna reproducción que mediatiza las relaciones sociales, siendo todo lo vivido directamente apartado en una representación, en una relación social entre personas mediatizada por imágenes[4] que utilizan prototipos sociales étnicos, culturales y de género que dentro de nuestro contexto social, el peruano/latinoamericano, se torna en el modelo presente de la vida económica socialmente dominante, así como la afirmación de una elección ya hecha en la producción de los objetos a consumir[5], no importando si económica o étnicamente, dichos objetos son opuestos a nuestras identidades reales.
Los consumidores no se reconocen incluidos dentro del modelo que se ofrece en el mercado y que construyen sus identidades a partir de estos estereotipos; no solo en cuestión de lo que debería ser lo masculino y lo femenino, sino a qué apariencia étnica y a qué estrato social debería acercarse su identidad, es ahí que la anorexia y la bulimia se convierten en “posibilidades” de concretar el sueño de poder verse reflejados en las imágenes publicitarias, lo que además cabe resaltar no es un hecho consciente.
Asimismo frente a un mundo completamente mediatizado, surge una gran insatisfacción frente a no poder plasmar en nuestros cuerpos y vidas los estereotipos de perfección que señalamos más arriba lo cual se ahonda en la crisis adolescencia para luego volverse permanente. Hay una obsesión por la perfección, por ser el mejor, el más diferente y el más bello, según ciertos cánones de belleza que no precisamente compartidos por todas las culturas, pero que se supone “son los correctos”.
Cuando no se encaja físicamente en los estereotipos de belleza, entonces se pasa a la lógica del consumo, de conseguir artificialmente lo que no se tiene “naturalmente”( y esto va entrecomillado pues siempre hay que tener en cuenta que nos dan un concepto de belleza completamente pre fabricado.
Otros factores influyen en cada persona: las personas que han sufrido abusos sexuales infantiles, o maltratos físicos, las personas tímidas y sensibles que tiene una inteligencia muy desarrollada y tienden al perfeccionismo inculcado por el mundo de hoy, pueden ser presa de la anorexia y bulimia pues al no concretar sus metas se siente feas, no aceptadas, un fracaso.
Con esto no estoy tratando de tener un discurso antisistema ni alternativo respecto a estos Trastornos alimenticios ni mucho menos, es una realidad en la que desgraciadamente hay que vivir. La vida es mucho más que una imagen que encubra lo que no nos hace feliz.

[1] Una perspectiva sociológica de la anorexia y la bulimia
[2] Colón Zayas , Eliseo Publicidad, modernidad y hegemonía Universidad de Puerto Rico 1996
[3] Naranjo Andrea, 2006 Construcción de identidades de género a través de la publicidad: El caso de Saga Falabella y Ripley http://www.sindominio.net/~luna_antagonica/
[4] Debord Guy La sociedad del espectáculo Pre-textos Valencia, 1999
[5] Ibíd.



Andrea Naranjo

Blog Luna antagónica http://andreanaranjo.wordpress.com/

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Espejito, espejito...

Una de las primeras cosas que me llamó la atención al volver, era que después de años de no ver a mis amigas y familia casi instantáneamente después del hola, era.. “¿estás más flaca?”. Me sentía desorientada. ¿Era una manera de saludarse?. Nunca sabía muy bien qué contestar, si sonreir o dar explicaciones… ¿era bueno estar más flaca? ¿era importante?. Me sentía incómoda. Después poco a poco, aunque nunca me terminé de sentir a gusto fui aceptando como normal ser “chequeada” cada vez que me encontraba con alguien. Y empecé a asumir que definitivamente cuando alguien te decía que estabas más flaca era casi sinónimo de que estabas mejor, “mas linda”, algo así como un piropo encubierto. Asique ya sabía que si me lo decían automáticamente tenía que sonreir.
Empecé a tomar como normal también, escuchar hablar a mujeres grandes, a adolescentes de dietas, de “esos kilitos de más”, de liposucciones, de cirugías estéticas e implantes. Pero ¿era eso normal? O mejor… ¿era sano?. ¿No forma parte de un desorden? ¿Cuál es límite entre querer cuidarse, como decimos todas, o estar obsesionadas, por lo que comemos?. No se vomita, no se deja de comer, pero se vive haciendo extraños equilibrios entre lo que ingerimos hoy y lo que ingeriremos mañana… para compensar, claro tooodo lo que comimos hoy. Se vive en un constante subibajas de culpas, en una constante insatisfacción porque siempre hay algo “que está de más” una arruga, un rollito... y la lista es infinita así como mujeres.
¿Es normal que tengamos que matarnos de hambre o someternos a una operación para sentirnos mejor con nosotras mismas? ¿Qué está pasando que para sentirnos bien necesitamos una y otra vez reafirmarnos delante del espejo?. ¿No será hora de analizar qué estamos proyectando en esa superficie? ¿Qué miedos? ¿Qué angustias? ¿Qué inseguridades? ¿No será hora de hacerles frente? ¿No será hora de relegar los espejos para empezar a buscarnos aca adentro? ¿No será verdad que los espejos nos están robando el alma?
Verónica

martes, 9 de septiembre de 2008

Princesas de la Muerte

Estuve leyendo algunos de los blogs de las “princesas” como se hacen llamar, son chicas que defienden la anorexia y bulimia como forma de vida. Ellas piden ser respetadas en su elección, yo las respeto, pero quiero enfatizar nuestro desacuerdo. Nuestro blog es PRO VIDA. En nuestro mundo no todos creemos que las personas valemos por el peso de la balanza como si fuéramos un pedazo de pollo que se vende en el mercado.

Estas princesas no quieren estar flacas para verse mejor, lo que quieren es desaparecer porque no se soportan, no se aceptan ni se quieren y creen que adelgazando va a ser diferente. Leo sus blogs y solo hablan de comida, dietas, miedo y soledad,
Yo también fui una princesa de la muerte, yo también prefería morirme a engordar un gramo y mi vida era un eterno estar bien y otra vez estar mal, por eso entiendo lo que sienten, pero no acepto que lo disfracen de modo de vivir cuando es enfermedad.
Ana y Mia (como llaman cariñosamente a la anorexia y bulimia) son enfermedades psiquiátricas.
Hay cura para ellas.
Hay otra forma de vivir. Existe la paz.

Vanessa

jueves, 4 de septiembre de 2008

"Creíamos que era cosa de mujeres"

El domingo 31-08-08 en la tapa de Clarín salió una nota sobre 3 adolescentes que sufren de bulimia o anorexia y tuvieron que internarse en Aluba para recuperarse.


Abajo les transcribimos la nota. Es para estar atentos. No sólo ocurre con las mujeres, nadie está exento de la presión que vivimos en cuanto a nuestra imagen, aunque no podemos cargarle toda la responsabilidad a la sociedad...



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Te ves en tu fotolog, te empezás a filmar y a comparar con el cuerpo de otros. Entonces, "querés ser el más tagged, el más famoso" y te vas alejando de toda la gente que de verdad te quiere", cuenta Darío, que vive en Castelar, tiene 18 años y se autodefine como "flogger". La imagen de su cuerpo en el fotolog en Internet lo llevó a preocuparse. Hace 6 meses, sólo se alimentaba con manzanas y agua. Hasta que sus padres decidieron consultar en ALUBA y hoy se está recuperando de la anorexia, con el acompañamiento de otros adolescentes que también sufren el problema.



Otro integrante del grupo es Emanuel, de 13, "flogger". Tomó conciencia de su anorexia cuando hace un mes se desmayó súbitamente en su casa. "Estaba obsesionado. Iba al gimnasio seis días por semana y hacía una rutina que sólo se podía hacer tres veces por semana. Pero me seguía viendo gordo, a pesar de que la balanza me decía otra cosa".



Santiago, de 17 años, tuvo que suspender la secundaria hasta que se recupere de la bulimia. "Me daba atracones, y les mentía a mis padres. Me costó reconocer que estaba enfermo. Me daba vergüenza aceptarlo porque creía que era cosa de mujeres, todos acá creíamos eso... Desde que empecé el tratamiento, me encontré con otros chicos que están en la misma".



Los tres coinciden en sus consejos para padres: "Que hablen durante las comidas con los hijos y que no los sobreexijan. A los adolescentes nos importa que nos pregunten cómo estamos".


para ver la nota original: http://www.clarin.com/diario/2008/08/31/sociedad/s-01749888.htm

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Modelos distorsionados de belleza


Un centro de estética que te propone ser bella como esa imagen, así como tantas otras publicidades que se ven por la calle, está marcando un modelo a seguir distorsionado, con cuerpos muy por debajo del peso normal.
Esto tampoco ayuda a que una se sienta a gusto con su propia imagen.

Pía

martes, 2 de septiembre de 2008

La enfermedad como camino

La anorexia y bulimia son enfermedades. Parece obvio lo que digo, “todo el mundo lo sabe” pero cuesta asumirlo. Cuando nos rompemos una pierna vamos directo al traumatólogo sin dudar, cuando nos salen hongos en la piel vamos al dermatólogo, no hay mayores rodeos para las enfermedades del cuerpo, son más fáciles de asumir que las de la mente, supongo que es porque se ven, pero también porque creemos que no tenemos responsabilidad directa en ellas, simplemente nos pasan. Las teorías actuales de la medicina y psicología dicen que toda enfermedad, hasta un resfriado, expresa un estado psicológico y nos transmite un mensaje del ámbito espiritual, “lo que es adentro es afuera”. Por fin la ciencia admite que no hay casualidades. Hay un libro interesantísimo de los doctores alemanes Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke que trata este tema “La enfermedad como camino” un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades. Allí dedican un capítulo a la anorexia y bulimia, y explica cómo funciona el antiguo conflicto materia y espíritu en la psicología de los enfermos. Los anoréxicos aspiramos a la espiritualidad total, negando el mundo material, queremos ser puros, etéreos, asexuados, aspiramos a la desintegración del cuerpo creyendo que es el camino de la salvación y libertad pero la verdad es que, inconscientemente, nos da pánico desenvolvernos en el mundo concreto, no nos sentimos capaces aunque lo deseamos más que a otra cosa. Los bulímicos, dice el libro, viven la dualidad materia-espíritu de otra manera, sus experiencias de vida no los llenan, sienten un gran vacío espiritual que lo llenan con comida, “buscan amor, afirmación y recompensa pero lamentablemente en el plano equivocado” (La enfermedad como camino cap.XIII, pág. 279).
Asumir una enfermedad psicológica como los trastornos de alimentación, no es sencillo, primero porque es difícil detectarlos, se manifiestan de a poco y disfrazados de racionalidad y segundo porque nos da vergüenza tenerlos, como si enfermarnos de anorexia o bulimia nos desacreditara como personas. NO ES ASÍ.
Además asumir la enfermedad pone a la familia en un lugar incómodo, se sienten responsables y queda en evidencia que hay algo funcionando mal dentro del núcleo familiar. Por eso a la familia también les cuesta aceptar la enfermedad de alguno de sus miembros, no es falta de amor, es miedo a destapar lo que han enterrado.
Tener anorexia o bulimia es una llamada de alerta de nuestro ser interno que nos indica que estamos andando por la ruta equivocada, con pensamientos destructivos e incompatibles con la vida. Cada persona tiene su propia llamada de alerta. Hay que bucear en nuestro interior para encontrar el camino de regreso. Tener anorexia o bulimia nos marca una misión: descubrirnos……… o morir.
Digo morir porque la enfermedad es mortal, el 20% de los pacientes mueren y si tienen la suerte de no morir pero siguen enfermos, sus vidas son terribles infiernos. Al principio todo transcurre con aparente normalidad, se tiene una pareja, un trabajo, hijos, amigos, pero como toda enfermedad, si no se trata, va empeorando y la intimidad se vuelve cada vez más irrespirable, agresiva, confusa, falsa, desesperada, el destino es perderlo todo, pero incluso en ese momento, también hay oportunidad de retomar las cosas y empezar el camino de nuestra curación. LO ÚNICO IRREPARABLE ES LA MUERTE.
Hay personas que se dan cuenta a tiempo y piden ayuda psicológica, además si viven en un entorno contenedor y medianamente estable, es muy probable que puedan salir adelante pronto y que les baste una terapia para profundizar en sus conflictos y asumirlos. Pero algunos, como yo, que creímos que podíamos solos y dejamos pasar el tiempo, o que ya teníamos la enfermedad muy instalada, necesitamos una terapia grupal, por lo menos yo creo que si pude curarme fue porque tuve un grupo de gente que sufría lo mismo que yo, que no me dejaba mentirme, que me señalaban lo que yo no quería ver y era obvio, que me abrazaban cuando rompía en llanto y me daban fuerzas para seguir cuando quería abandonar. El grupo no solo me dio cosas sino que me pedía también solidaridad y poder ayudar a otros, poder salirte de tu rollo para ponerte en el lugar de otro, poder ver reflejado en otras personas tus mismos temores, te hace sentir útil, mejor, acompañado, te da esperanza.
Para mí la mejor manera de rehabilitarnos de estas enfermedades es la que combina un equipo de especialistas médicos (psicólogo, psiquiatra, clínico) y un grupo de autoayuda.
No hay un solo significado para la palabra enfermedad pero de manera general se define como “cualquier trastorno del cuerpo y/o la mente que altera las funciones normales de la persona y que puede causar gran malestar y sufrimiento”.
Yo encontré otra definición más acorde a lo que la anorexia y luego bulimia significó para mí: «La enfermedad es el lugar donde se aprende». Blaise Pascal (filósofo francés).


Vanessa

frente al espejo


fotografía: verónica somló

miércoles, 27 de agosto de 2008

Mi paso por la adolescencia

Antes que nada, quiero hacer una breve introducción. Lo que me une a este proyecto es, primero que todo, la amistad profunda que me une con Vero desde nuestra infancia y adolescencia, y con Vane desde nuestros años de estudios de cine, que me generó un deseo de hacer algo en conjunto. Algo que nos colmara nuestras ganas de hacer algo juntas, algo que pudiera ser útil para los demás, y algo en que pudiéramos desarrollar nuestra búsqueda artística.

Con esfuerzo y tiempo –y desconocimiento- comenzamos a reunirnos y a escuchar a Vane, que nos contaba su experiencia con la enfermedad y sus ganas de hacer algo. Esa semilla fue alimentándose con las nuestras; se fueron uniendo familia, amigos, profesionales, gente con mucha generosidad y pasión que sin interés alguno más que el de colaborar, fue sumando energía e ideas. Y dándonos fuerza para seguir adelante e intentar lograr esta campaña de prevención, que paso a paso está germinando.


En mí, la bulimia pasó por al lado y me acompañó durante varios años de mi vida, sin saberlo. Cuando empecé a interiorizarme sobre la enfermedad, a raíz de este proyecto, me dí cuenta de que durante mi adolescencia y post-adolescencia mi obsesión por bajar de peso y mi complejo con mi imagen eran síntomas de la bulimia. Todos los que hemos pasado por la adolescencia sabemos lo difícil que es esa etapa. Pero también sabemos que estos problemas superan las franjas etarias y sociales. Entonces, hay que tener los ojos bien abiertos. A mí me costó mucho –y aún me cuesta- aceptarme. No es nada fácil. Pero con al menos saber que lo que uno toma como normal puede ser un síntoma de algo más grave –algo tan simple como estar obsesionado por el peso, por ejemplo-, se puede empezar a cambiar, a buscar una salida, a saber que mucha gente lo padece y que es grave, y hay que pedir ayuda. Como uno pueda.



Recuerdos (…que quisiera olvidar)
Tenía una sensación, siempre, de querer estallar y sacar para afuera muchos deseos, pero todo lo frenaba. Yo no era digna. No lo podía lograr. Fantaseaba con dirigir una obrita de teatro con mis compañeros, bailar como una loca en un boliche, hacerme la sexy frente a algún chico que me gustara, decir lo que yo pensaba. Todo eso y más cosas aún, me eran imposibles. Todo rondaba por mi cabeza y no salía de ahí.
Entonces, a la noche, cuando me iba a dormir, pensaba en todas las cosas que quería hacer y no me permitía –sin darme cuenta-, mientras comía las galletitas que había escondido debajo de mi almohada sin que mi mamá se diera cuenta.

La comida. Confesiones de una niña glotona.
Mis hermanos eran flacos. Siempre lo fueron. Yo era gordita y siempre mi madre me decía que me tenía que cuidar. Entonces, la comida era pecado. No podía repetir, no podía comer postres, ni golosinas. Obviamente yo lo hacía, pero a escondidas. Si pedía un plato más, al igual que mis hermanos, la mirada punzante de mi madre sobre mí me hacía sentir culpable, y eso hacía que comiera con más bronca aún. Casi atragantándome. Años más tarde entendí que ella lo hacía para ayudarme, aunque muchas veces los padres se equivocan teniendo las mejores intenciones.

En una época me compraba golosinas y alfajores, y los escondía en una lata grande, que revisaba todos los días y la olía, haciéndoseme agua la boca. Pero mi regla era que los comía una vez que la lata estuviera llena. El festín. Y al vaciarla, volvía a empezar la colección.

Ya de un poco más grande, recuerdo tener atracones golosineros entre un kiosco y otro. Me proponía comprar un chocolate en el primer kiosco que encontrara. Y sabía que en esa cuadra había más kioscos, entonces en cada kiosco, una golosina. Lo malo era que cuando volvía a casa, a la noche, pensaba con mucha culpa en todo lo que había devorado y lo mal que me sentía y me sentaba.

Tengo que empezar la dieta. Mañana empiezo. Así era lo que pasaba por mi cabeza cada noche. No exagero. Me torturaba, y lo peor es que no hacía nada por cambiar. Al contrario, más y más comía, a escondidas. Robaba comida de la heladera, de mi casa y de las casas de amigos de mis viejos, de las casas en las que me invitaban a quedarme, yo abría las heladeras y veía qué podía picar sin dejar rastros. Era un cóctel de adrenalina y culpabilidad que se ve que me daba goce de alguna forma y no podía dejar de hacerlo. Mi madre obviamente se daba cuenta de estas “desapariciones” y ya empezaba a generalizar, siempre era yo la que se había comido el ultimo bocado. Y a veces no era verdad… qué bronca. Ahí, entonces, cuando ella no se daba cuenta, yo volvía a atacar a la heladera. Y así me atacaba a mí. Pero de eso me dí cuenta más tarde.

Pía