El domingo pasado estuvimos en el jardín de mis suegros tirados sobre una manta, nos pusimos debajo de un árbol y como la casa está cerca del río, llegaba a nosotros un viento refrescante que hacía más soportable el calor.
Estuvimos con mi esposo y mi hijo casi toda la tarde jugando a las cosquillas, bebis nos contagiaba su risa y terminamos todos a las carcajadas, incluida mi suegra que salió a acompañarnos al vernos tan divertidos.
Cansados de tanto reír, con el corazón satisfecho y el estómago adolorido, nos quedamos en silencio mirando las hojas de los árboles, escuchando como chocan entre ellas cuando el viento las mueve, estuvimos así un largo rato, siendo cómplices de esa tarde maravillosa.
Hoy todavía me siento relajada después de tanta risa, fue como una sesión de masajes en el cuerpo y en el alma, la risa hizo que se me aflojaran los músculos y algunas angustias que tenía atascadas en el pecho, también se me alegraron los pensamientos. Lo más bonito de todo fue el encuentro con mi familia, estábamos conectados.
Quiero reírme más, la risa me levantó el ánimo. ¿Estoy loca o reírse realmente tiene ese poder?
Averiguando descubrí que con cada risa se activan más de 400 músculos, se aumenta la capacidad pulmonar, se oxigenan los tejidos, baja la presión sanguínea, se alivia el estreñimiento, se libera adrenalina, se levanta la autoestima, se reducen el estrés y el miedo y genera un efecto calmante de la ansiedad debido a la estimulación de la serotonina. Científicamente se ha comprobado que la risa produce endorfinas, el analgésico natural del cuerpo, y aumenta los niveles de células T, las cuales defienden al organismo del desarrollo de tumores y de infecciones virales. Las endorfinas también se encargan del equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. A demás la risa es algo que siempre quieres compartir.
Los adultos tenemos menos oportunidades de reírnos que los niños porque estamos a diario cargados de problemas de trabajo, dinero, pareja, etc pero hay que buscar el espacio para reírnos, por ejemplo yo estoy viendo todos los días el chavo del ocho, y no paro de reír.
La risa franca y espontánea es curativa y todos tenemos esa medicina dentro nuestro, todos tenemos la capacidad de reír, permitámonos estar abiertos a ella, rodeémonos de gente alegre, de niños, de cosas que nos hagan felices.
“La vida es demasiado importante para tomarla en serio” Oscar Wilde
Vane.
Estuvimos con mi esposo y mi hijo casi toda la tarde jugando a las cosquillas, bebis nos contagiaba su risa y terminamos todos a las carcajadas, incluida mi suegra que salió a acompañarnos al vernos tan divertidos.
Cansados de tanto reír, con el corazón satisfecho y el estómago adolorido, nos quedamos en silencio mirando las hojas de los árboles, escuchando como chocan entre ellas cuando el viento las mueve, estuvimos así un largo rato, siendo cómplices de esa tarde maravillosa.
Hoy todavía me siento relajada después de tanta risa, fue como una sesión de masajes en el cuerpo y en el alma, la risa hizo que se me aflojaran los músculos y algunas angustias que tenía atascadas en el pecho, también se me alegraron los pensamientos. Lo más bonito de todo fue el encuentro con mi familia, estábamos conectados.
Quiero reírme más, la risa me levantó el ánimo. ¿Estoy loca o reírse realmente tiene ese poder?
Averiguando descubrí que con cada risa se activan más de 400 músculos, se aumenta la capacidad pulmonar, se oxigenan los tejidos, baja la presión sanguínea, se alivia el estreñimiento, se libera adrenalina, se levanta la autoestima, se reducen el estrés y el miedo y genera un efecto calmante de la ansiedad debido a la estimulación de la serotonina. Científicamente se ha comprobado que la risa produce endorfinas, el analgésico natural del cuerpo, y aumenta los niveles de células T, las cuales defienden al organismo del desarrollo de tumores y de infecciones virales. Las endorfinas también se encargan del equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. A demás la risa es algo que siempre quieres compartir.
Los adultos tenemos menos oportunidades de reírnos que los niños porque estamos a diario cargados de problemas de trabajo, dinero, pareja, etc pero hay que buscar el espacio para reírnos, por ejemplo yo estoy viendo todos los días el chavo del ocho, y no paro de reír.
La risa franca y espontánea es curativa y todos tenemos esa medicina dentro nuestro, todos tenemos la capacidad de reír, permitámonos estar abiertos a ella, rodeémonos de gente alegre, de niños, de cosas que nos hagan felices.
“La vida es demasiado importante para tomarla en serio” Oscar Wilde
Vane.
2 comentarios:
hija mia, todo eso que has escrito es una gran verdad, la risa tiene un poder curativo impresionante,
Desde hace mucho se sabe que un par de carcajadas reduce el estrés, alivia las preocupaciones y eleva el ánimo. Pero ahora, quienes ocupan la risa dentro de su arsenal terapéutico se han empeñado en demostrar sus propiedades curativas.
Así surgió la Organización Mundial de la Risa, con sede en Barcelona, España, país que también ha creado la Red Española de Investigación de Ciencias de la Risa (REIR), cuyo objetivo es llevar a cabo un ensayo riguroso y de gran envergadura para corroborar científicamente que la risa debe tomarse en serio.
"Cuando una persona se ríe, se sana, porque mejora diversos parámetros relacionados con la salud, Además, la risa mejora la relación humana entre el médico y el paciente", lo dice desde España Mari Cruz García, fundadora de la organización y autora del libro "El poder de la risa".
Junto al doctor Ramón Mora Ripoll, García acaba de publicar en la revista Medicina Clínica un artículo donde buscan potenciar el uso de "la risa terapéutica" o "risoterapia". Según ellos, aunque existen distintos tipos de risa, el cerebro no distingue la fingida de la espontánea, por lo que se puede trabajar este fenómeno y así aprovechar sus múltiples ventajas.
Para eso basta con poner en práctica ejercicios, técnicas y actividades (individuales o en grupo) para favorecer la desinhibición previa a la risa. "Preparamos a grupos de enfermeras, médicos y personal sanitario. Ya hay universidades que hacen trabajos específicos con talleres de risoterapia", cuenta García.
En España, algunas universidades privadas ya han incorporado talleres sobre el tema en sus carreras de salud, como la U. Diego Portales (UDP) y la U. San Sebastián. En tanto, la Universidad de Chile espera incorporarlos el próximo año.
De todas formas, la risoterapia ya ha entrado en los hospitales chilenos y peruanos de la mano de los llamados "Clowns de hospital", personal de salud y estudiantes de medicina que siguen los pasos de Patch Adams, el médico estadounidense que, con nariz de payaso incluida, introdujo la risa en los hospitales pediátricos.
Alejandra Iribarren, enfermera y presidenta de la Corporación Doctor Feliz, que trabaja en diferentes hospitales de Santiago, cuenta que la labor hoy también se extiende a adultos. "A un niño es fácil hacerlo reír, pero el adulto, aparte de estar enfermo, tiene todo un sistema de vida que le complica".
"Los equipos médicos cada vez están más abiertos a recibir esta ayuda", precisa Iribarren, ya que los profesionales de la salud también le pueden sacar partido a esta manifestación, pues mejora la relación que éste establece con los pacientes y transmite un apoyo emocional hacia él y sus familiares. Algo casi tan importante como la administración de medicamentos, agrega el psicólogo Alejandro Boric, director del postítulo en Psicoterapia Humanista Transpersonal de la UDP.
"Activar el estado de humor es una terapia que evita que uno tenga esos estados crónicos de miedo, culpa o rechazo, que se transforman en estados de ánimo tóxicos",
MI
Me encanta su blog. Lo estamos difundiendo en Ellen West, la Fundación Mexicana contra la Anorexia y la Bulimia, que además es un centro de tratamiento. Hagan lo mismo y así nos unimos para ayudar a todos aquellos que sufren en silencio esta enfermedad.
www.ellenwest.org
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